viernes, 17 de abril de 2009
¡Cambia, todo cambia!
Las gafas de Oscuridad
Llevo gafas. Soy pelirrojo y tengo muchas pecas. Estatura mediana. Llevo mi cabello corto por ahora. Pero lo tuve largo por algún tiempo. Eso chocó mucho a mi papa. Prefiere que lo lleve corto, porque es más 'hombre'. Y porque cree que mi abuelo nunca lo aprobaría. No lo sé. No lo conocí. Aunque él esté alrededor de mi hasta hoy. Haciendo sombra en mí hasta hoy.
Llevo gafas. Las mismas gafas que mi abuelo llevaba. Tenemos el mismo nombre – Daniel. Soy pelirrojo y tengo muchas pecas así como él. Pero no soy alto como él. Ni tampoco hermoso como él. Daniel McKinley era un hombre muy hermoso, en todos los sentidos de la palabra. Era listo, organizado, independiente, maduro, franco. Un abogado renombrado, un padre cuidadoso, un ciudadano de buenos y grandes valores – un hombre de verdad. Soy la mentira que sigue sin ser vista. Nadie me nota, incluso mi padre. Pero él no lleva gafas.
Llevo gafas. Soy pelirrojo. Son mis dos características que saltan a los ojos. Además de eso soy tímido e introvertido y nadie me nota.
No necesito mis gafas, que non son mías. No soy mi nombre. Algunas veces creo que no soy nadie. Pero tengo las películas. Las películas siempre me llevan a otros mundos, otros puntos de vista. Cuando las veo, soy Danny – no soy Daniel, nieto de Daniel McKinley. Cuando las veo no llevo gafas. Ellas oscurecen mi visión.
Un día seré mis películas. Y mis películas me darán visión. Una visión de mi mismo. Sin las gafas de mi abuelo. Sin las gafas que tanto gusta mi padre. Sin las gafas de oscuridad.